divendres, 4 de desembre del 2015


En la antigua Grecia  se enseñaban ciertor lugares  que descendían al submundo.Nuestra existencia  despierta también es una tierra en la que por lugares ocultos se desciende al submundo, una tierra repleta  de discretos lugares donde  desembocan los sueños.  Todos los días pasamos por ellos  sin darnos cuenta , pero, apenas nos dormimos, recurrimos a ellos con rápidos movimientos, perdiéndonos  en los oscuros  corredores. El laberinto de casas  de la ciudad  equivale durante el día a la conciencia ; los pasajes ( que son  las galerías  que conducen a su pasada existencia  ) desembocan de día, inadvertidamente en las calles. Pero a la noche , bajo las oscuras  masas de edificios , surge infundiendo pavor , su compacta oscuridad, y el tardío paseante  se afana por dejarlos  atrás, si acaso le habíamos animadao a un viaje  a través del estrecho callejón.
WALTER BENJAMIN, Libro de los Pasajes, edición de Rolf Tiedemann,  Ed. Akal, p 867

Em sembla bé el  text per una primera POSTAL.
Lo que nosotros conocemos por pasajes no necesariamente coincide con los pasajes  ( galerías  ) del  París de Benjamin. Un pasaje puede ser  un paso,  callejon, para personas fundamentalmente,  entre calles. Compte ,  els  PASSATGES  de  BCN  no són callejones , precisamente.  El  valor del relato  de Benjamin , el referir el pasaje como lugar del sueño  le confiere un valor general . Me quedo con la metáfora  del pasaje com lugar,  como tránsito del sueño, y lugar del soñar.   


Por  este cierto lugar  puedo asegurar que era el pasaje   por donde  se podia  descender a  más de un   submundo.  Recuerdo  también como ascendia por él volviendo a ser tímido,  mi casa estaba cerca.  Todavía hoy no ha perdido aquella  fuerza  que aún  te puede dejar atrapado. 

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