Reniego
‘¡Madame Bovary soy yo!’.del REPORTERO y del PATUFET mesajero
(la brutal secuencia del niño al que le niegan el pan repetida en una y otra revistas de la misma época no me conmueve ni con el perro caritativo )
no comeré de ese pastel que se me ofrece
ni pasaré por sus condiciones
el origen de las cosas sabidas llegan hasta hoy
como pude caer en la tentación
virgen de fátima inocencia de mi
guárdame
de lobos hambrientos que quieren sorber mi coco loco
soy más filo que anti comunista si tal diyuntiva se me presentara
anti colonialista ( cerca del corazon de KONRAD )
( la brutal voladura del ricoceronte en el pais del coltan en una edición y la eliminación en una posterior no evitan el remueve de tripas y no evita entrar en mi nuevo imaginario de nuevas brutalidades
era él inconfundible y sin censuras posteriores
forma parte del sistema
no del mío por supuesto
adiós
vaya usted con quien quiera )
pro palestino como siempre pero sin sazón antisemita
ni racista
para nada nacionalista
ni colaboracionista
de ideas ajenas vehiculadas
en formato coloril
amén
D EL MUNDO
La exposición del Grand Palais imprime una higienización adicional sobre Hergé y su principal personaje. Resulta lógico que la Fundación que posee los derechos del autor intente protegerle de manipulaciones, pero las condiciones que se imponen a quienes reproduzcan dibujos de Hergé (se prohíbe "estrictamente" utilizarlos para ilustrar "temas relacionados "con el dinero, la política, el mundo médico o paramédico, el sexo, las armas, el alcohol, las drogas y el tabaco") cercenan la amplitud de la obra. Ya no se trata de que Hergé fumara como un cosaco y fuera muy aficionado al vino (en especial el Haut-Médoc) y los licores, sino de los temas de sus álbumes: la droga en El cangrejo de las pinzas de oro, el alcoholismo de Haddock, la política en obras tan diversas como Tintín en el país de los Soviets, El cetro de Ottokar o Tintín y los pícaros.
En la hagiografía del Palais Royal parisino no cabe el menor enfoque crítico. Cabe el retrato de Hergé realizado por Andy Warhol, pero sin reflexionar demasiado sobre el instinto comercial que animaba a ambos artistas; cabe una parte de la obra pictórica de Hergé, pero no un análisis de por qué el artista se convenció de que carecía del talento necesario para trabajar en el arte abstracto que tanto le fascinaba y de que carecía, sobre todo, de mensajes que transmitir.
En último extremo, son cuestiones de una importancia relativa. Los entusiastas de Hergé, como este cronista, seguiremos fascinándonos ante la estatuilla chimu que sirvió como modelo para el fetiche arumbaya de La oreja rota; ante la maqueta, con unos interiores muy precisos, del cohete del doble álbum sobre el viaje a la Luna; ante las páginas originales sin colorear o ya coloreadas (han llegado a pagarse millones de dólares por esos originales) de Las aventuras de Tintín; ante las portadas que se descartaron o sólo se utilizaron muy brevemente... La muestra obtendrá, seguramente, un gran éxito. Habría sido mejor si profundizara en ese hombre mezquino, creativo y aplastado por el complejo de culpa que fue Georges Remi, Hergé, y en Tintín, ese chico inquietante, sin atributos, sin pasado y sin familia, que fue su principal personaje.
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Dominique Maricq, experto y archivista de la Fundación Moulinsart, que custodia los derechos de su obra. “No quería que otros continuaran a Tintín, no sería lo mismo”, afirma a su paso por Barcelona el autor de ‘Hergé por él mismo’ (que Zephyrum Ediciones publica en castellano y catalán).
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en ‘Le Soir’, diario bajo control alemán que tiraba 300.000 ejemplares, ampliando su fama. “No reflexionó sobre las consecuencias -opina Maricq-. Cayó en el egocentrismo del artista”. Se defendía el propio Hergé: “Yo pertenezco al bando de los que practican su oficio con la mayor conciencia posible, y saludo a todas las víctimas de la guerra, pertenezcan al bando que pertenezcan”.
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“Tintín ha nacido de mi deseo inconsciente de ser perfecto, de ser un héroe”
dijo
renuncio definitivamente
mis colores
ya ves
son otros
mi teatro comprometido con otros
como duelen los colores
frágil amapola
sudor del campo
jaquéame otra vez
ResponEliminade jaqueca ? por supuesto tamién
corrígeme corrector desde los cielos sin taxis y desde el huerto grafía que me mucho me fia
cuenta faltas cada dia
me ocupan menos
hay mucha
ai que risa