dissabte, 1 de març del 2025

 

7 MUCHO PALACIO PARA TAN POCO REQUESENS 

 


 HEME AQUÍ  LEYENDO LA COMPRADA POR VEZ PRIMERA VANGUARDIA CON LOS OJOS DE LO VISTO DE HALARIE BELLOC 

PARA TI ESTEFANIA  CHICA  

VERMOS SI EL TITULAR  DA PARA ALGO DEL TEXTO SERGIO VILA SANJUAN AYAYAYAYA

por Pablo Ortiz Soto – La arenga precedente, ya sea enardecida en una manifestación por la defensa de la vida o por la corrupción económica y política que padece actualmente nuestro país, sumada a tantas y tantas expresiones como “¡Televisión, manipulación!”, es el eslogan común dirigido, desde hace un tiempo, hacia los mass media. Pero lo curioso de este vocerío hacia la desinformación de los medios de comunicación es que no solo es manifestada por una línea ideológica concreta. Lo llamativo es que dichos lemas son aupados no solo por una mayoría de diferente pensamiento ideológico, sino que estas proclamas también se están produciendo en otros países democráticos del mundo. Si bien, esta observación no es nueva, viene de lejos:

En una dictadura, el Estado se apropia de los medios de comunicación. En democracia, el propietario de los medios de comunicación se apropia del Estado. […] Éste es el fenómeno político crucial de nuestro tiempo y es el rasgo peculiar distintivo de nuestro país a día de hoy. Su completo desarrollo se ha abatido sobre nosotros repentinamente y nos ha cogido por sorpresa en medio de una terrible guerra. Hace unos pocos años hubiera sido impensable. Hoy es ya el hecho fundamental de todo nuestro sistema político. […] Hoy día no nos gobiernan ni los políticos profesionales ni siquiera quienes los sobornan, sino aquel de entre los propietarios de cadenas de periódicos que, en su momento, tenga más ambición y menos escrúpulos ¿Cómo ha podido ocurrir una catástrofe como ésta?

La cita del párrafo anterior, que bien podría ser un juicio actual, es una crítica que realizó el prolífico escritor Hilaire Belloc, a principios del siglo XX, en la obra que hoy os presento: La prensa libre. Diagnosticando a la prensa de su tiempo, principalmente la inglesa pero también la francesa, en este ensayo el profeta Belloc profundiza en las raíces del poder de los media, su desarrollo y la agresiva influencia sobre sus contemporáneos. Pero lo ingenioso de su análisis es que también aporta soluciones razonables, aunque con ciertos impedimentos por la presión política. Una de ellas es, como asimismo titula a su ensayo, la “prensa libre”. Motivado por la “indignación frente a la ocultación de la verdad y frente al poder sin responsabilidades”, Belloc trabajó a contracorriente para frenar el monopolio del cuarto poder, la prensa oficial, y denunciar la corrupción política.

Para ello, y a pesar de los innumerables obstáculos, Belloc fundaría en 1911 el periódico Eye Witness, editado también por el periodista inglés Cecil Chesterton –hermano de su fiel amigo e ilustre escritor G. K. Chesterton–, y quien en 1912 lo compraría y rebautizaría con el nombre de New Witness. Estos periódicos, cuyo splendor veritatis fue el The New Age (1909 – 1922) –periódico editado por el periodista inglés Alfred Richard Orage, pionero, según Belloc, de la prensa libre–, tenían la pretensión de denunciar la corruptela política –no revelada por la prensa oficial debido a sus relaciones con el poder político y económico–. En este ensayo el escritor y pensador Hilaire Belloc nos desvela el funcionamiento de la prensa de su época –analizando las noticas, la publicidad, las opiniones o el sistema capitalista entre otros aspectos–, profetiza el eje de la actividad actual de los mass media y nos invita a corregir desde el origen, con medidas prácticas y plausibles, las deficiencias y vicios del sistema para redescubrir la misión y finalidad periodística: la de informar con el mayor rigor posible la verdad a sus conciudadanos.

Fuente: Hombre en camino.

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 Hay que decir que Belloc ganó las elecciones y el escaño. Pero también hay que apresurarse a señalar que muy pronto quedó defraudado. Hilaire Belloc, combativo y ante todo sincero, no podía soportar la corrupción del sistema parlamentario: le escandalizaba que las elecciones fueran en realidad un trámite amañado y que la clase política monopolizara la representación, dejando a la sociedad al margen. Así que empezó a protestar hasta que le echaron del Partido. En 1910 volvió a presentarse, esta vez como independiente, y de nuevo fue elegido, pero no tardó en renunciar a su escaño: la atmósfera de aquella democracia ficticia le resultaba irrespirable. Su experiencia política quedará reflejada en tres libros importantes: La elección de Mr. Clutterbuck, Pongo y el Toro y Un cambio en el gabinete, sátiras llenas de humor, pero también de amargura.

 

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