dissabte, 14 de setembre del 2019

TALAVERA
 Podríamos empezar hablando de cosas que se han quedado atrás en el tiempo que solo pueden servir de introducción como la pérdida del lugar habitual del mercado de ganado, el hundimiento textil de Talavera que algún iluminado acusó a la ciudadanía de no haberse echado a la calle para evitarlo… Podríamos seguir con una gestión taurina en la que una casa taurina como los Chopera se fue sin mirar atrás o continuar con años en los que la manguera fue protagonista o en la que nos quedamos sin toros en septiembre… Pero no, hoy toca una retrospectiva de los hechos más actual.
















SÍNTESIS  PERFECTA  DE  DOS INSTITUCIONES  GENIO DE CERVANTES PARA  PONER EN PAPEL SU UNIDAD  Y EVOLUCIÓN / TRANSFORMACIÓN  EN UNAS POCAS LÍNEAS
EL CARRO DE CERES /DÉMETER  PASA POR TALAVERA
 

Culto a Deméter

El culto de Deméter conllevaba temas como la muerte, el crecimiento y la resurrección con las características de un misterio. En Eleusis, a 20 km de Atenas, los Misterios Eleusinianos se representaban cada año entre septiembre y octubre. Los participantes caminaban en procesión desde Atenas hasta Eleusis, donde eran iniciados en los ritos secretos que quizá tenían similitudes con los ritos primitivos de la cosecha con referencias a la muerte y la resurrección. Durante los Misterios, se representaba la historia de Deméter y su hija Perséfone, siendo éste el mito más importante de la diosa de la tierra.


CIBELES
(LA DEJAMOS  PARA MADRID )


La protección de Cibeles

José de Cora especula en «La navaja inglesa» con la idea de que fue el propio Carlos III quien concibió a Cibeles en Madrid. «En el siglo XVIII nada se hacía con motivos puramente estéticos. Creo que Carlos III buscaba para su reinado y para la ciudad de Madrid la protección de Cibeles», explica el escritor que urde su intriga en «La navaja inglesa» con los ingredientes del erótico y violento culto que rodeaba a la diosa. Los sacerdotes «gallus» y «archigallus» tenían que autocastrarse violentamente ante la diosa antes de dedicarse a su culto y quienes acudían a sus templos a purificarse o sanarse eran bañados en la sangre de un toro -o de un carnero, los menos pudientes-. 


LAS MONDAS 

Las Mondas son las fiestas que se celebran en el municipio castellano-manchego de Talavera de la Reina (Toledo) España, el sábado posterior a la Semana Santa. La advocación mariana se simboliza en el culto a Nuestra Señora del Prado y el engalanamiento de calles y plazas con la bandera azul y blanca de Talavera y que simboliza los colores de la Virgen María.
El 28 de diciembre de 2009, esta fiesta fue declarada de Interés Turístico Nacional.1
 
 Aunque se desconoce el origen exacto de esta tradición, no cabe duda de que es antiquísimo y podría remontarse a unas ofrendas a deidades prerromanas[cita requerida]. Posteriormente, con la llegada de los romanos, las "munda cerealis" se ofrecían a la diosa Ceres coincidiendo con la llegada de la primavera. El rito fue cristianizado en el año 602 d. C. El rey Visigodo Liuva II regaló a la ciudad la imagen de la Virgen del Prado, a la que desde ese momento se realizan las ofrendas. En el siglo XVI se redacta una normativa para unificar la fiesta que también pasó a llamarse "fiesta de los toros". En la actualidad se conserva gran parte del rito romano.
 Durante la semana que sigue se producen distintos actos conmemorativos, lúdicos y culturales, que van desde fiestas populares por barrios hasta festejos con encierros taurinos. Antiguamente también existía la tradición del toro embolado, encohetado o atado con sogas que llevaba teas ardientes en los cuernos. Durante la semana se entregan los premios "Ciudad de Talavera", los más importantes de la ciudad. El sábado siguiente por la mañana se celebran correrías con gigantes y cabezudos y máscaras. Por la tarde, el alcalde recibe en el ayuntamiento a todos sus homólogos de las Tierras de Talavera con los que intercambia el bastón de mando. Posteriormente el cortejo de alcaldes, junto con otros invitados, se encamina desde la Plaza del Pan hacia la Basílica del Prado acompañado por carrozas, personas ataviadas con los trajes típicos de cada localidad y los preceptivos regalos. El cortejo lo cierra un carrito tirado por dos carneros, que porta la ofrenda de la pedanía de Gamonal. Cada localidad lleva ofrendas —cerámica, flores, dulces— a la Virgen del Prado. Una vez dentro de la basílica, el alcalde, en representación de todos los presentes, hace una ofrenda a la Virgen y le otorga el bastón de mando de la ciudad. El acto suele terminar con la entonación del himno de la Virgen. Durante todo el fin de semana continúan los actos festivos, musicales, literarios, corridas de toros y hogueras nocturnas a la orilla del río Tajo. Esta fiesta tiene un carácter etnográfico importantísimo, al ser una de las que mejor se conservan desde la época romana en España. Ha sido profundamente estudiada por el profesor miembro de la Academia de la Historia Ángel Ballesteros. La fiesta también tiene un marcado carácter de afirmación de la identidad comarcal de las Tierras de Talavera que llegaron a abarcar desde la Sierra de Gredos al Guadiana y las zonas extremeñas de los Ibores, Guadalupe y Campo Arañuelo.

EN TALAVERA SE QUEDA LA LUNA  EN UNA FAROLA

MUNDA CEREALIS 
SEPTIEMBRE 
MADRE 
GRANDIOSA
REINA 







 

 GREAT TALAVERA !
 
AQUÍ  JOSELITO
OTRO FUE EL DE LINARES
ENCUENTRO SIN BUSCAR 
LUNA DEL TAJO
DISIPA YA 
NIEBLAS Y  OSCURIDAD


 
 
 
 

 
 
 

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