LARGA LA TIENE
MUJIKS
CHICHIKOV
COMERCIANTE DE ALMAS MUERTAS
LA NARIZCORTO CUENTO DE GOGOL
Por aquello del decoro, Iván Yákovlevich endosó su frac encima del camisón de dormir, se sentó a la mesa provisto de sal y dos cebollas, empuñó un cuchillo y se puso a cortar el panecillo con aire solemne. Cuando lo hubo cortado en dos se fijó en una de las mitades y, muy sorprendido, descubrió un cuerpo blanquecino entre la miga. Iván Yákovlevich lo tanteó con cuidado, valiéndose del cuchillo, y lo palpó. «¡Está duro! -se dijo para sus adentros-. ¿Qué podrá ser?»
...
Porque, claro ¿dónde no suceden cosas absurdas?
DE LAS TRADUCIONES NO ME FÍO
JODÍO ARCIPRESTE
EN TORA DESCARADAMENTE
PRENDIDO
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